Ámbar en primavera
—¿La tierra tiene dos lunas?
—No, que yo crea
—Es muy injusto
supe que era tu momento
cuando los detalles de mi pasado
subieron al árbol,
y volaron en busca del hogar
dí una última mirada
el esbozo,
y lo hice
te hicieron de porcelana
te dieron un nombre
te dejaron libre
te llevaron al edén
no tengo plan B,
debe ser eso entonces
emocionante, recorrer kilómetros
y estar en un mismo sitio,
darme cuenta que
mi técnica
deja entrar,
al patio
el jardín secreto de tus fantasías
pierdo el contacto
con las persianas
últimamente
no leo
respiro de tus hojas
soy feliz,
cuando los peces duermen
el periódico ha publicado lo nuestro
se sabrá entonces
y pocos mirarán
a los ojos
veinticuatro kilómetros al sur,
nos reímos sin parar.
el martes no es mi prójimo
despojos sobre la mesa
vivo por dentro,
(y muerto por fuera)
me da igual
sala de espera,
(nadie me espera)
por la tarde,
doy algunos pasos
mi mañana distrae
una fruta nacarada
sobre el cielo
y en navidad ,
no hay regalos
solo preguntas inteligentes
con respuestas anheladas
el cine fue
un primer cielo
el tequila
beso
durazno
bofetada
zapato
la última carta
lágrimas entre el muchacho y el anciano
momentos donde el asfalto no tiene fin
la ruta íntima de un prejuicio esperando
forma parte de este silencio opacado
la sensación de varios espejos
nos separan, nos motivan y la imagen
de muchos poetas cantando entre el hielo
la tinta de sus manos, hojas en blanco
nadie le teme a la bahía, al carmesí
el acto solitario de mi fuego y el ego
conectar el paisaje,
con la tenebrosa sombra
de los trovadores...
—Esos dados están cargados.
—Nosotros somos los dados...
A Julio.
Marcelo Camisay
Agosto de 2015
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