A los pilotos. A los 55.




"Una de las consecuencias de la guerra es que priva al hombre de su propio combate individual."





Todos tuvimos algún tipo de relación con el conflicto de Malvinas.Nadie resultó indiferente en esos fríos 74 días de guerra.

En mi caso,por cercanía.
Me crié pegado a un barrio de la Fuerza Aérea, a escasos metros de la IV Brigada con asiento en Mendoza.

Distinto a los asentamientos militares ortodoxos, donde la separación de la oficialidad con las jerarquiás intermedias era evidente, casas de mecánicos, músicos de la banda, pilotos de combate, radioperadores, civiles que tenían sus tareas en la planta de oxígeno,mecánicos armeros, instructores o personal administrativo, coexistieron con quien esto escribe, y fuí ,testigo del miedo,la tristeza,los ruegos y la terrible pérdida de humanos invalorables.

La guerra se vivió allí de otra manera.
Básicamente porque se supo desde el minuto cero que estaba perdida.
Hasta la persona mas lega en asuntos militares sabía que cada misión que saliera a enfrentarse con una potencia de la magnitud de la inglesa,tenía un porcentual altísimo de "no retorno".

Los aviones,vetustos ,aunque de una nobleza milagrosa,no tenían experiencia en vuelo sobre el mar - mucho menos experiencia en tiro - ataques rasantes y ni que decir de sus pilotos, entrenados para condiciones diametralmente distintas a las que se enfrentáron.

Que hacían sentados ahí? a miles de kilómetros por hora,con nula tecnología y librados al azar?

La guerra, fué, y no seré creativo al decirlo,una verdadera y monumental cagada.

La dictadura genocida efectuaba así el último acto de una historia pavorosa de crimen ,locura y esquizofrenia, entregando a su propio personal profesional a una muerte segura,en la triste aventura del manotazo -in extremis- para perpetuarse en el poder.

Todo esto, de dominio público posterior al conflicto ,era de patente sensación mucho antes que el fuego comenzára el 1º de Mayo de 1982.,en el barrio donde hice mis primeros amigos,mis primeros amores,mis tempranas experiencias en todo.


Hombres que sabían de la misión.Con plena conciencia del peligro,del adiós,de la muerte.
Valientes,cobardes,corajudos, pusilánimes,dignos,crueles,finalmente humanos.
Hubo de todo en ambos bandos,y en cada una de las fuerzas involucradas.



VT Suena Mal se encargará de recordar,a partir del 1º de Mayo,a los pilotos que volaron para siempre directo al cielo , a pesar de la locura de una guerra imbécil,pero aceptando y cumpliendo su deber.

Vamos a hablar de seres humanos,no de Patria,no de Malvinas , no de Falklands, no de gestas, ni de himnos,plazas rebosantes de vítores vacios de contenido,ingleses,argentinos, o los mitos sin sentido,el nacionalismo barato o loas a la estupidez de los borrachos ,tanto en el continente como en las islas.

Vamos a recordar a los 55.,los que no pudieron volver a sus casas,con sus esposas,sus hijos,sus amigos, a su vida profesional,a su país.

Y en ellos,también a los que duermen para siempre en Darwin,los muertos en vida que son los veteranos olvidados por nosotros,y los ingleses que también saben perfectamente que la guerra no tiene vencedor alguno.

Porque el dolor del desatino se encargó de nivelarlos en partes iguales...




Pájaros de metal enfurecidos







...."Cuando llegamos a la isla puse rumbo norte y las vi, eran dos puntitos negros allá lejos, en la unión del horizonte con el cielo, en mar abierto y dije a mis camaradas:-Okey chicas, estoy a la vista- e inmediatamente pensé:- De esta no nos salvamos.


Dije, no con mucho entusiasmo, un -¡Viva la Patria!- por la radio, e incié el ataque final. Inmediatamente las fragatas comenzaron a tirar, mientras yo ordenaba:-¡A pleno!- (dar toda la potencia al acelerador)- y luego: -¡A la de atrás!- (atacar a la fragata que estaba al oeste).


El mar danzaba como si tiraran inmensas piedras en él, mientras el cielo se teñía de manchas negras, producto de las explosiones; primero esa pared de fuego estaba delante nuestro pero pronto nos sumergimos en ella. Yo agradecía a Escobar el que se me hubiera formado sal, porque así no veía parte de todo lo que nos estaban tirando. Eran dos buques muy grandes y mientras mi avión volaba a cerca de mil kilómetros por hora sobre las olas yo pensaba: -En cualquier momento reviento-.

A mi lado, aunque un poquito más abajo, pues no tenía sal en el parabrisas, volaba el Teniente Rinke, el hombre de hielo, imperturbable como siempre, balanceándose muy cerca de las olas, mientras chorros de agua se elevaban a su alrededor.

A todo esto, en el Destructor "Coventry" no habían podido lanzarnos misiles Sea Dart, capaces de alcanzar a un avión que se encuentre hasta 65 kilómetros de distancia, pues la Isla de Borbón, que se encontraba a nuestras espaldas, daba un eco que disimulaba el de nuestros aviones, por lo que ordenaron al Destructor "Broadsword" que nos arrojara misiles "Sea Wolf". Como su nombre lo indica, "lobo de mar", este misil es un caza misiles, pues derriba misiles enemigos en el aire, pero en este caso lo lanzarían contra nosotros.

El sistema Sea Wolf estaba en modo automático y selectaba el mejor blanco. Su radar nos buscó, pero al volar nuestros aviones tan cerca uno del otro, empezó a dudar: ¿Cuál es el mejor blanco? y cuando estábamos muy cerca, a menos de un minuto del blanco, pudo diferenciar un avión del otro y estuvo listo para ser lanzado. En ese momento, inexplicablemente, una falsa tercera imagen apareció en la pantalla del radar y fue seleccionada como la mejor, pero al ver que no existía, el sistema se anuló. Un libro inglés explicó: "Sólo quedaba esperar el ruido de las chapas al penetrar las bombas".


Cuando calculé, pues no tenía mira por el tema de la sal en el parabrisas, que estaba en distancia de lanzamiento, apreté el pulsador de mi bomba mientras que, al mismo tiempo, en ese preciso instante y en la cubierta del destructor "Broadsword", el Teniente inglés Robert Bell Davies, como si fuera un turista en un crucero de descanso, demostrando un valor increíble o una inconciencia total, se plantó con su cámara fotográfica frente a nuestros aviones que llegaban y sacó una extraordinaria foto de los dos A-4 "Skyhawk" volando en medio de las explosiones.

Detrás entraron los aviones de Velasco y Barrionuevo, quedando como resultado la "Coventry" hundida (por esa sección) en veinte minutos y la "Broadsword" seriamente averiada por nosotros.

Poco tiempo después de la Campaña de Malvinas, Rinke vio la foto por primera vez en un viaje que hizo a Europa con los cadetes y me regaló una copia en la que decía algo así como: "impresionante foto tomada desde el CL 22 "Broadsword" instantes antes de que los atacantes lancen sus bombas. A la izquierda el Capitán Carballo y a la derecha el Teniente Rinke".

Creo que esta foto es una muestra del valor inglés (por el improvisado fotógrafo) y de lo terrible que fue cada uno de los ataques que llevó a cabo nuestra Fuerza Aérea Argentina en la Campaña por la recuperación de nuestras Islas...."


Comodoro (R) Pablo Marcos Carballo.
Durante la guerra con la jerarquía de Capitán se desempeñó como Jefe de Escuadrilla en el Escuadrón A- 4B de Río Gallegos. Por su actuación fue condecorado con la máxima distinción, la Cruz la Nación Argentina al Heroico Valor en Combate.

La foto del ataque a la fragata podés verla en alta resolución aqui.

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