Martha.
Friedrich Gulda, en Viena, era el maestro de la muy joven Argerich. Le encargó que preparara Gaspard de la Nuit de Ravel, una partitura rompededos. Marthita se la llevó y en tres días la tocó íntegra. Gulda apenas pudo murmurar: “¿Cómo pudiste? Es una partitura muy difícil”. “Ah –dijo Martha–, pero usted no me lo dijo.”
José Pablo Feinmann,Página 12.
Ponele.
2 comentarios:
Si tocayo, Martha es tremenda de verdad. Un placer escucharla.
Saludos
Recomiendo todo lo que ella hace de Liszt,y por supuesto el concierto N 3 de Rachmaninov que es bellisimo.
Saludos!
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