Desvelo invisible



—¿Quién llamó?
—Tu pasado, que ha venido a salvarte



azar en cartas marcadas
mucha vida,
poco espacio
niebla en mi pelo
esperás en la esquina
cuando tengo todas estas verdades
acechando en mi garganta


funciona como un tambor
con bramidos,
y despertando al mediodía
también se logra
con unos pocos celos
y dibujos en el aire
disparando lo permitido


—Yo entiendo que no es fácil
—¿Alguna gota de rocío lo es?




en la Luna
los atardeceres ocurren
solo ocurren,
no me preguntes como
este souvenir se aleja
y elige el mes preciso
cartas de esmeralda

vamos a la isla del instante
donde las sombras
son congregadas de inmediato
respiran los vivos,
duermen los amantes
se perfeccionan las herejías
los pórticos se cierran



—¿Te veré de nuevo?
—Hasta con tus ojos cerrados




mi responsabilidad
está en tu cuarto
no escribe cartas
apenas despedidas color ocre
desapareció el dolor
soy otro individuo,
que ha permitido dejarse amar

quiero que esto no concluya
deseo lo mismo
lacrar una pared con nuestras promesas
una noble comunidad de pescadores
el mechón de tu pelo
escribir libros sin finales
acontecimientos, mano a mano,
frente a frente
narrando el mundo que visitamos
confirmando indicios propios,
y ajenos

por fin se detuvo
esta lluvia indigna
que hizo de la suyas...




—Necesito un minuto de tu tiempo
—No puedo.Solo puedo ofrecerte eternidades.







Marcelo Camisay
Julio de 2015

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