Cabaret Picasso

Avatares y pasillos con recuerdos; el triángulo cóncavo
es más lento el más veloz, como la serpiente creando
todo el año dentro de mi caverna, bajo el sol
inventando, imaginando, descubriendo
De las mejores páginas escritas hay lodo
detrás de tu frente; camino decidido a luchar
Individuos apenas levantados, con sus corazones a cuestas
misterios de algunas palabras exóticas
y un sucesor para este tonto trono vacío
en la rareza de encontrarte con vida

La causa transitiva de ese planeta inclinado
avatar del león; sus causas y paradojas
el destino.
Ese infame

Fabrico mundos a medida, a voluntad, por poco dinero
me encierro en cuencos de madera
y los muelles, están, ahí, al alcance de las tripas.
una alcancía y la mujer encinta
una partida de ajedrez; dos copas de vino
un adiós con pañuelo índigo
una mirada de subte, (de andén en andén)
de mañana en mañana
de año nuevo detenido para siempre en la medianoche
arbitrariamente


Peregrino:
Junta los retazos del tiempo; planifica el salto desde el acantilado
abraza la tormenta, ingresa en la resignación
piensa en los humildes, los promiscuos como ella.
diseña el futuro, transita con coraje el pasado
cura esas heridas de los que aún no han sido heridos
manifiesta el puente, crúzalo,...hazlo!
abandona este hastío mirando lo irreversible, lo que se fue
Lo que ha dejado de existir,
como un puente levadizo infinitamente roto
Está en los arrabales: el barro no vacila
Ha definido un tiempo y un lugar, es escaso
culturalmente atravesado por miles de incógnitas
aves que retornan
cielos a punto de salir a escena
ser prólogo
ser lector


Las artes mágicas del lazo y la impronta del corcel
suave fantasía de todo eso que nos importa
la gracia de Dios, riéndose de cualquier cosa
Y cuando decido dormir, tu figura anhelante propone cariño
los dos llegamos al muelle
es de noche, hemos cenado ya
pregunto entonces:

—¿de qué estás hecha?
—de un olvido prematuro distante, de un mundo no evidente.


A Dylan Thomas
mi eterno maestro.





Marcelo Camisay
Octubre de 2014